El TPM (Total Productive Maintenance o Mantenimiento Productivo Total) es una metodología cuyo objetivo es asegurarse que todos los dispositivos de la empresa se encuentran en las mejores condiciones, de forma que garanticen en todo momento la calidad exigida por el cliente, los tiempos de fabricación y la seguridad de los trabajadores.
Partiendo de la premisa de que el trabajador responsable de la máquina es el que mejor conoce ésta, la metodología TPM busca repartir la responsabilidad del mantenimiento de los dispositivos entre todos los componentes de la empresa.
Ventajas del método TPM
Aplicar la metodología TPM nos proporcionará, de forma directa, las siguientes ventajas:
- Reduce los paros por averías no previstas.
- Evita piezas defectuosas en la puesta en marcha.
- Reduce el desgaste de las piezas y, por consiguiente, el coste de reposición.
- Garantiza la calidad del producto fabricado.
- Garantiza los tiempos de entrega.
- Asegura la seguridad de los trabajadores.
- Mejora los tiempos de amortización de la maquinaria.