Actualmente nos encontramos en un entorno muy complicado, sometidos a una fuerte competencia exterior sobre todo debido al bajo coste de la mano de obra.
Esto ha provocado la desaparición de un número considerable de pequeñas y medianas empresas que han sido incapaces de adaptarse a la nueva realidad.
Si bien es cierto que en algunos casos es imposible competir, en otros sí es posible realizar mejoras. Aunque en algunos casos pueden parecer traumáticas, a largo plazo pueden significar la supervivencia de la compañía.
Una optimización en temas como la valoración de los puestos de trabajo, el análisis de los métodos y tiempos, control de la producción y eliminación de piezas o servicios defectuosos, permitirán mejorar tanto la eficacia y la productividad como la imagen de la empresa, con lo que ello puede suponer para la cuenta de resultados y la propia supervivencia de la compañía.